Pere Báscones (2014)

La fotografía digital ya está en todas partes. La evolución de la práctica fotográfica gracias a la cámara incorporada en los smartphones, y sobre todo a aplicaciones que nos permiten compartir en nuestras redes sociales o aplicaciones favoritas, está en auge.

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Red Orchestra, de Iain Andrews. Fuente: http://www.anaitgames.com/articulos/el-arte-de-la-fotografia-in-game

Pero un aspecto interesante que llama la atención es cómo la fotografía se puede practicar hoy incluso sin cámara mediante la red o los videojuegos. En el caso de los videojuegos ya existe la llamada fotografía-in-game, que consiste en capturar imágenes –puramente estéticas– a partir de videojuegos.

No es de extrañar que muchos videojuegos actuales inciten a viajar por un submundo lleno de motivos susceptibles de ser fotografiados y que pueden ser “virtualmente” captados con todo detalle.

Algunos nuevos fotógrafos dentro de este contexto, como Duncan Harris (Dead End Trhills), han encontrado una vía creativa partiendo de su profesión de periodista de videojuegos. Por otro lado, James Pollock, un estudiante de Diseño Gráfico en Bath, también recopila su fotografía-in-game en su blog Virtual Geographic, ofreciéndonos un interesante ejercicio de fotografía dentro de entornos virtuales.

Y es que lo cierto es que el nivel de realismo, detalle y fantasía de algunos videojuegos da para mucho en una nueva práctica turística inmersiva. Son ya unos cuantos los ejemplos que podemos encontrar. En el post “El arte de la fotografía-in-game”, Rainer Sigl lleva a cabo una interesante selección de ejemplos, entre los que también destacaría el proyecto de Leonardo Sang: “Fotografía en la realidad virtual”.

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Max Payne 3, de Leonardo Sang. Fuente:  http://www.anaitgames.com/articulos/el-arte-de-la-fotografia-in-game

En la entrevista a Roc Herms en el programa Caràcters de Bibiana Ballvé en Canal 33, se presentó esta práctica. Roc Herms es fotógrafo pero respecto a esta práctica se autodefine como fotoperiodista digital dentro del videojuego PS Home, donde retrata y entrevista a sus ciberhabitantes.

Por otro lado, la exposición “From Here On”, del Centre d’Arts Santa Mònica, ha marcado un hito al evidenciar cómo la era de la imagen está abriendo nuevos escenarios y atravesando nuevas fronteras. De hecho, la exposición se organizaba a partir de un discurso que presentaba la situación actual de la imagen y en especial cómo gracias a internet se podía trabajar con imagen sin cámara.

La digitalización ha ejercido un importante impacto en la fotografía como disciplina, que ha experimentado cambios tan radicales que hoy en día todo pasa por un nuevo planteamiento de las normas de juego. Con la aparición de la fotografía y el vídeo digital, la fotografía tal como la habíamos conocido parecía destinada a desaparecer, ante lo que aportaba el vídeo por ejemplo. Pero a pesar de esto, y en parte gracias al boom de las cámaras digitales, a los móviles y a las aplicaciones (que permiten retocar y compartir), hoy más que nunca la fotografía está de moda. De hecho, la red social de Instagram supera a la de Twitter, y no son pocas las aplicaciones que quieren competir con Instagram, como son los casos de AudioSnap o EyeEm.

Y si bien los números hablan de que ha aumentado la venta de smartphones y ha descendido la de cámaras digitales, los vendedores de cámaras ven cómo la afición del gran público a la fotografía es también una oportunidad para descubrir o redescubrir la fotografía de otro modo, de aquí el hecho de que se hayan potenciado las denominadas cámaras puente.

Cabe señalar que el móvil ha sido una manera de captar la inmediatez de muchos instantes, recupera la fotografía casual y el poder compartirla. Fenómenos como los selfies o el de los instagramer no habrían sido posibles sin los móviles, dado que no solo se trata de hacer fotos, sino de compartirlas de manera instantánea en las redes.

Algunos peligros

Por otro lado, el boom de compartir todo tipo de fotografías personales en la red también está llevando a traspasar cierto límites de la privacidad y a compartir aspectos íntimos de la vida personal, eso sí, siempre desde una perspectiva y una visión estatizada, idealizada o como mínimo colada por algunos de los múltiples filtros que tienen aplicaciones como Instagram.

Este fenómeno está haciendo que industrias como la de la moda utilicen Instagram como medios de promoción, pero no ya como una simple estrategia publicitaria, sino aprovechando la vida real de las modelos para vender un estilo de vida cool que queda automáticamente asociado a la marca.

Agencias de marketing explican cómo, por ejemplo, a las modelos se las elige también a partir de su cuenta de Instagram. ¿Esto significa que está en venta la vida privada? Y lo más preocupante es saber que estas imágenes que compartimos en Instagram o Facebook son cada vez menos nuestras y cada vez más de las empresas que están detrás. Basta con leer las condiciones de uso que se firman para comprobarlo.

 

Referencias

Publicado por Pere Báscones

Pere Báscones està llicenciat en Belles Arts per la Universitat de Barcelona (UB) i en Comunicació Audiovisual per la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), postgraduat en Disseny i usabilitat per a Internet per l'Escola Elisava de Barcelona. Des de l'any 2000, combina la seva dedicació professional entre la docència, el món de la cultura, la fotografia i el disseny multimèdia (estudi Espai Nòmada). Treballa com consultor en el grau Multimèdia.
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Pere Báscones está licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona (UB) y en Comunicación Audiovisual por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), posgraduado en Diseño y usabilidad para Internet por la Escuela Elisava de Barcelona. Desde el año 2000, combina su dedicación profesional entre la docencia, el mundo de la cultura, la fotografía y el diseño multimedia (estudio Espai Nòmada). Trabaja como consultor en el grado Multimedia.