Los viajes y la fotografía. No se trata de dos realidades que se yuxtapongan por completo pero sí de dos conjuntos que, si se representaran gráficamente, mostrarían una importante intersección. La fotografía nació hace más de 150 años y pronto se convirtió en una forma de representación del mundo. Los paisajes, los lugares donde vivía el fotógrafo, se convertían rápidamente y de forma bastante universal en un motivo para enfocar la cámara e intentar conservarlos para la posteridad. La fotografía siempre ha jugado un papel importante como medio de soporte a la memoria. Un uso, por otra parte, que no descartó otras utilidades de la fotografía como las del retrato, la fotografía de estudio o la expresión artística.
Por otra parte, el hombre ya contaba con un importante volumen de intereses y conocimientos previos en el momento en el que nació la fotografía. Su enumeración resulta innecesaria, pero sí que vale la pena hacerlo con todo lo relacionado con la historia, el arte, la antropología o la naturaleza como temas clásicos del conocimiento humano, temas hacia los que podía existir una aproximación científica, pero también otros de menos calado conceptual como son los viajes. Cuando nació la fotografía, el hombre ya sentía desde hacia tiempo la pasión por viajar. Probablemente hasta aquel momento había colocado como útiles para un viaje los cuadernos, la pluma o el pincel para reflejar en libros, dibujos o cuadros la experiencia del viaje. A partir de aquel momento añadió a la maleta del viaje la cámara fotográfica.
Templo de Segesta Agrigento (Grecia)
La fotografía se hizo en sistema digital, en un archivo RAW, y posteriormente se convirtió en escala de grises y se ajustó para blanco y negro. Con la fotografía digital, se ha reducido el uso del blanco y negro, pero poder trabajar tanto en color como en blanco y negro a partir de un único equipo es una ventaja indudable.
En la actualidad, la relación entre fotografía y viaje constituye una relación en crecimiento continuo que se incrementa tanto por las posibilidades para viajar como por las facilidades que permite la digitalización de la imagen. El fotógrafo, que sigue teniendo algunas de las motivaciones y ansias del fotógrafo de antaño, dispone hoy en día de herramientas difíciles de imaginar no hace mucho tiempo. Y es que no sólo las posibilidades de la captura y construcción de la imagen se han incrementado, también lo han hecho, y de forma exponencial, las potencialidades de la publicación y difusión de las fotografías. Aparte de la edición en revistas y libros, la proyección de diapositivas o la impresión en papel, que eran las salidas clásicas de la fotografía, actualmente las vías del producto final se han multiplicado. Así, la publicación en Internet, el archivo en discos duros o soportes ópticos, la elaboración de álbumes fotográficos o la visualización de las imágenes en televisores, pantallas de ordenador o dispositivos móviles, son ejemplos del amplio abanico de posibilidades de la actualidad.
Desde la búsqueda de información para preparar un viaje, hasta la facilitación de la publicación e intercambio de fotografías entre los miembros de un grupo, la web constituye un recurso imprescindible de cualquier viajero. Y no únicamente por lo que a información relacionada con el viaje se refiere, también en todo aquello que hace referencia al conocimiento fotográfico, la información que se encuentra disponible en la web resulta de una importancia capital.
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Salida de sol desde el Vallès sobre el cielo de Barcelona
En la red se pueden encontrar vistas panorámicas diarias del amanecer sobre la ciudad. Hay multitud de proyectos y actividades que serían impensables sin Internet.