Sensor

Dispositivo que puede transformar una magnitud procedente del mundo físico en otra que sea medible, generalmente de tipo eléctrico. La magnitud que queremos transformar puede ser una variable como la intensidad de la luz, la temperatura, el movimiento, la proximidad, la orientación, el volumen de sonido, el color, etc. Los sensores pueden proporcionar lecturas de tipo analógico; por ejemplo, una fotorresistencia que en función de la intensidad de luz que le llega varía la intensidad de la corriente eléctrica que la atraviesa, o bien digital; por ejemplo, un sensor de proximidad de infrarrojos que responde con un 0 o un 1 en función de si capta luz infrarroja rebotada o no más allá de un cierto umbral. Los sensores tienen características como la sensibilidad, la precisión o el alcance, entre otros, que en algunos segundos son fijas y en otros pueden ser ajustadas.

En el contexto de la realidad mixta, los sensores se utilizan para poder parametrizar algunas variables del entorno físico e informar al sistema para que actúe en consecuencia. La información que proporciona un sensor puede ser sobre variables ambientales, pero a menudo también sobre variables vinculadas a nuestro propio cuerpo, tales como el movimiento de la cabeza (para saber hacia dónde estamos mirando y cambiar el punto de vista que nos ofrece un visor) o el movimiento de las manos (para poder manipular objetos virtuales). Los sensores también pueden utilizarse para medir nuestra acción sobre objetos físicos; por ejemplo, un sensor puede medir si hemos accionado una palanca y con qué fuerza lo hemos hecho.

A menudo, las cámaras (trabajando con luz visible o con luz infrarroja) son usadas como sensores. Las imágenes que proporcionan, convenientemente procesadas y comparadas, pueden facilitar información al sistema sobre variables más o menos complejas: detección de presencia, seguimiento de cuerpos en movimiento, reconocimiento de gestualidad, reconocimiento facial, identificación de expresiones, etc.

Los sensores pueden formar parte de dispositivos más complejos, suelen estar ajustados y sus lecturas están calibradas en función del sistema interactivo donde están integrados. Por ejemplo, un teléfono móvil dispone de múltiples sensores (GPS, giroscopio, acelerómetro, magnetómetro…) que facilitan sus lecturas a las diferentes aplicaciones que las soliciten mediante una interfaz interna.

En algunos casos, los sensores están acompañados de actuadores dentro de dispositivos que tienen la doble función de captar información del mundo físico y, al mismo tiempo, proporcionar estímulos. Por ejemplo, unos guantes pueden usarse para captar los movimientos de los dedos y, al mismo tiempo, pueden proporcionar sensaciones táctiles sintéticas a su portador.

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