La industria del automóvil incorpora desde hace años la realidad aumentada con el objetivo de mejorar la experiencia de conducción de varias maneras:
- Proporcionar indicaciones que faciliten la toma de decisiones (velocidad, detección de obstáculos, etc.).
- Mejorar la navegación asistida a partir de la información procedente del GPS.
- Evitar que la atención a las capas de información anteriormente mencionadas disminuya la atención al volante.
El reto tiene cierto parecido con algunos requerimientos de la industria de la aviación; en consecuencia, se han ido incorporando soluciones basadas en HUD (head-up displays) que antes solo usaban los pilotos de avión. En vez de incorporarlos al casco del piloto, los HUD se sitúan entre el volante y el parabrisas, o en algunos casos se integran directamente en el parabrisas. La persona que conduce ve la capa de información superpuesta a la imagen del mundo físico, no tiene que apartar la mirada de la carretera ni tampoco necesita enfocar más cerca para poder distinguir las indicaciones.