Cuando uno piensa en sensores, lo primero que le viene a la cabeza son los sensores de movimiento o las células fotoeléctricas, que llevan con nosotros muchos años. Hasta hace poco, este tipo de sensores en el ámbito personal solo servía para controlar un pequeño mecanismo, ahorrándonos a nosotros hacerlo manualmente: abrir la puerta del parking, encender la luz, etc.
Desde hace pocos años la tecnología se ha dado cuenta de que los sensores son el mecanismo de contacto con la realidad, son los que hacen de puerta de acceso al mundo digital y a partir de allí cualquier cosa es posible. Son ahora los que permiten saber una temperatura, pero también monitorizar la calidad del aire, el tráfico, el agua, los movimientos sísmicos o simplemente la humedad. Desde hace poco, estamos viendo los sensores desde otro punto de vista, como disparadores de un cambio de situación, que hacen nuestra vida, en una palabra, óptima (entre otras cosas).
Monitorizar cosas a grandes escalas tiene innumerables ventajas, ya que permite prevenir antes que curar, que suele ser mucho más costoso. A modo de ejemplo, ahora se instalan sensores en la mayoría de las presas para monitorizar los ciclos del agua y el movimiento; de esta manera es posible realizar las tareas de mantenimiento antes de que se produzca el problema.
Los sensores a gran escala también nos sirven para todo lo relacionado con las smart city: monitorear el transporte público, la calidad del aire, el tráfico, etc. Cualquier cosa es posible.
Todo esto está muy bien, pero nos pilla un poco lejos, parece que no nos afecta demasiado en el día a día. La gracia de los sensores es que podemos hacer que nos cambien la manera de relacionarnos con nuestro entorno y no estamos hablando de ciencia ficción. Veamos unos ejemplos:
Monitorizar nuestros sueños: Encontramos pulseras, tiras o teléfonos que monitorizan nuestro sueño y por tanto son capaces de despertarnos cuando estamos en una fase no profunda y así tener un mejor despertar.
Detectar la humedad de la tierra de nuestras plantas: ¿Por qué mirar cada día si las plantas necesitan ser regadas? Qué mejor que sean las propias plantas las que nos avisen de que hay que regarlas. Poniendo un sensor de humedad y una placa Arduino, es barato y sencillo.
Sensor de aparcamiento: Una realidad ya en multitud de coches; cuando te acostumbras a él, simplemente te hace el aparcamiento más sencillo. Una aplicación muy útil de los sensores que dejará pronto de ser un extra para ir de serie.
Por último, creo que el futuro muy muy cercano nos lleva los sensores al mundo de la medicina, al cuidado de uno mismo y, lo que puede ser más importante, al cuidado de la gente próxima que nos rodea, llámese gente mayor. Saber si nuestros padres se han tomado la medicina, controlar en tiempo real los resultados del análisis de azúcar o la posibilidad de una detección precoz de neumonía en niños es ahora posible gracias a los sensores.
¿Estás preparado para vivir en un mundo lleno de sensores?
Links de referencia:
http://recode.net/2014/01/28/smartthings-automates-your-house-via-sensors-app/http://www.monografias.com/trabajos10/humed/humed.shtml
Fuente de la imagen:
http://www.cccblog.org/2011/12/18/the-internet-gets-physical/